Tuesday, May 12, 2009

El hijo

“El hijo” de Horacio Quiroga ocurre en Misiones durante un día del verano y empieza con la despedida entre el hijo y su padre mientras el hijo se prepara para su caza. “Ten cuidado, chiquito,” dice el padre a su hijo y no necesita decir mucho más puesto que el hijo comprende absolutamente lo que quiere comunicar su padre en las pocas palabras ha dicho. Vuelve el padre a su quehacer un rato después de que se ha ido su hijo. Mientras continúa trabajando, el padre vaga con su mente por los recuerdos del modo en el que él, un padre viudo, había criado y educado a su hijo. Piensa también en una ilusión horrible que había tenido una vez en la que había visto a su hijo rodar cubierto en sangre. De repente en medio de sus pensamientos, suena una detonación cerca. Al oír el ruido, supone el padre que su hijo ha cazado dos palomas y no presta mucha atención al evento. Un rato después ya son las doce pero el hijo todavía no vuelve. Ya que ha mando el padre a su hijo que vuelva a la hora de almorzar, empieza a preocuparse. Inventa todas las posibilidades que pueden retardar la llegada de su hijo para consolarse. A las doce y media, el padre no puede enfocarse en su trabajo ya más y sale de su taller para buscar su hijo. Explora todas las sendas pero no hay ni un rastro de su hijo. Finalmente, encuentra el cuerpo del hijo al pie de un poste y al lado es la escopeta descargada. Sin embargo, el padre no puede aceptar la realidad trágica y en la mente del padre, su hijo vuelve a la casa con él seguramente.

Temas importantes:
1. La relación entre un padre y su hijo
2. La esperanza/ confianza (de los padres hacia sus hijos)
3. La realidad contra la ilusión/ locura
4. La preocupación de los padres por sus hijos
5. Hombre contra naturaleza

Citas importantes:
“Pero hoy, con el ardiente y vital día de verano, cuyo amor su hijo parece haber heredado el padre se siente feliz, tranquilo y seguro del provenir” (19)
“El hombre torna a su quehacer, esforzándose en concentrar la atención en su tarea. Es tan fácil, tan fácil perder la noción de la hora dentro del monte, y sentarse un rato en el suelo mientras se descansa inmóvil…” (20)
“Sonríe de alucinada felicidad…Pues ese padre va solo. A nadie ha encontrado, y su brazo se apoya en el vacío” (23)

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